Música

«La Fraternidad Blanca Universal posee una música que resucita, que transforma a los seres. Cuando se la canta, pronto se puede constatar que uno no tiene la misma mirada, ni la misma piel, ni los mismos pensamientos, ni los mismos sentimientos, ni los mismos hábitos. Esto no son sólo palabras, sino hechos verificados. Al venir y participar en nuestras reuniones ustedes pueden comprobarlo.

Cuando ustedes cantan en coral, los hermanos y hermanas, todos juntos, trabajan con los dos principios eternos, masculino y femenino, en su manifestación más pura. Los dos principios fueron creados para encontrarse y fusionarse, pero en esta fusión hay grados. El canto coral representa el grado más espiritual, porque es arriba, lejos del cuerpo físico, en donde las voces se encuentran y este encuentro no queda sin resultados. Al igual que la fusión de un hombre y una mujer en el plano físico da nacimiento a un niño, la fusión de sus voces, es un acto creador que produce fuerzas, energías, que actúan a través del espacio.

Todo el mundo posee una riqueza: ¡poder cantar! Evidentemente, todos, es demasiado decir. Cada uno posee esta riqueza potencialmente. Tarde o temprano los humanos cantarán como los Ángeles, está previsto. Y no tendrán necesidad de transportar un instrumento, como por ejemplo, un trombón, un violoncelo, un tambor, pues es demasiado embarazoso. Se pasearán con un instrumento que siempre está con ellos: su voz. ¡Qué es lo que no se puede hacer con la voz! Los cantos y la palabra son una misma cosa. En el plano espiritual no hay palabra que no sea un canto o una música. Todo lo que uno dice es un canto, armónico o inarmónico.
Ustedes aún no sospechan las posibilidades mágicas que posee el canto. Las voces, al unirse arriba, producen resultados divinos. Cuando sepan cantar conscientemente, cuando pongan su voz al servicio de las fuerzas de la luz, podrán desagregar las tinieblas que pesan sobre el mundo. Los hijos de Dios deben conocer estas leyes para poder hacer el bien.

La música es una respiración del alma y de la conciencia. Por medio de la música el ama se manifiesta en la Tierra. Cuando la conciencia superior se despierte en el hombre, cuando desarrolle en él las posibilidades de percepción más sutiles, empezará a captar la grandiosa sinfonía que resuena a través del espacio, de un extremo a otro del universo y entonces comprenderá el sentido profundo de la vida».

«La música despierta en nuestra alma el recuerdo de la patria celeste, la nostalgia del paraíso perdido. Es uno de los medios más poderosos. Más poderoso que la pintura o la danza porque es inmediato, es instantáneo…
De pronto, recordamos que venimos del Cielo adonde debemos volver algún día. Es cierto que hay músicas que, al contrario, despiertan el deseo de permanecer en la Tierra el mayor tiempo posible, pero esta no es la verdadera predestinación de la música.

Todo el mundo escucha música, pero en una Escuela Iniciática se aprende a escucharla para despertar en uno mismo los centros espirituales, para proyectarse en el espacio, para elevarse, ennoblecerse, purificarse e incluso para resolver problemas.

La música es una fuerza. Cada sonido, cada vibración, produce movimientos en el espacio y desencadena poderes en el hombre.

Todos los días, después de las comidas, tengo la costumbre de hacerles escuchar música, pues deseo enseñarles a utilizarla como instrumento de creación interior para que puedan emprender, gracias a ella, un formidable trabajo espiritual: proyectar ideas e imágenes sublimes que se realizarán un día. Sobre todo, cuando se trata de una música mística, religiosa, profunda, que los eleve y los conmueva. Muchos espiritualistas descartaron la posibilidad de la música para efectuar sus trabajos y se equivocaron. La música puede ser un medio extremadamente poderoso para despertar numerosas células adormecidas, para ennoblecerse, perfeccionarse. No debemos descuidarla».

Aunque no tengamos una gran voz, el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov invita a que todos cantemos, incluso los que vienen por primera vez a la Enseñanza y que todavía no conocen los cantos.

El Maestro Peter Deunov, nacido en 1864, fue el fundador de la Fraternidad Blanca Universal en Bulgaria, siendo su dirigente hasta su muerte en 1944. De formación médica, igualmente era músico: tocaba el violín. En el transcurso de los años compuso para sus discípulos una música destinada a sostener y enriquecer su trabajo espiritual.

Al llegar a Francia, el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov aportó esta música y contribuyó a hacerla conocer. La armonización de los cantos  de esta música fue realizada por algunos de sus discípulos.

«La Fraternidad tiene un repertorio muy rico con sus cantos. Al cantarlos, ustedes no solamente contribuyen a mantener y a reforzar la luz en el mundo, sino que trabajan por ustedes mismos.  Cada uno de estos cantos actúa favorablemente en ustedes. Y aunque no los canten, el sólo hecho de tenerlos en la mente ya les hace bien, porque continúan vibrando en ustedes».